El propósito redentor de Dios será consumado en el retorno literal de Cristo para resucitar a los muertos, juzgar a todos según sus obras, y establecer Su reino glorioso. Los impíos serán separados de Su presencia, y los redimidos, en sus cuerpos glorificados, reinaran con él para siempre. Entonces será cumplida la esperanza de toda la creación, que proclamará la gloria de Dios, que ha hecho todas las cosas nuevas.