Dios, a través del Espíritu y Su Palabra, ha creado la Iglesia, llamando a personas de toda cultura y edad para tener comunión en el Cuerpo de Cristo por medio de la sangre de Su Hijo. El Espíritu Santo otorga dones a los creyentes para la edificación del Cuerpo y el ministerio de los santos. La iglesia existe con el propósito de adorar y servir a Dios. Ha sido comisionada para proclamar las buenas noticias de salvación y para hacer discípulos a todas las naciones.